Orfeo y la Lira

En la mitología griega, la lira era el instrumento preferido de Orfeo, hijo de Apolo y la musa Calíope. Cuentan las leyendas que la música que salía de la lira de Orfeo era tan agradable y armoniosa que calmaba hasta a las fieras más feroces y los hombres sentían descansar sus almas cuando se detenían a escucharla.

 

Orfeo y Eurídice

Orfeo se enamoró de Eurídice, una ninfa de Tracia, y juntos decidieron casarse. El día de la boda, un rival de Orfeo llamado Aristeo trató de raptarla. Eurídice escapó de él, pero su mala fortuna hizo que pisara un víbora y muriese al instante.

Orfeo, desconsolado, decidió ir a buscar a su amada y traerla de vuelta, costase lo que costase. Gracias al encanto de su lira, convenció al barquero Caronte para llegar hasta la laguna estigia y apaciguó al monstruo Can Cerbero, guardián del Infierno. Los dioses del inframundo, Hades y Perséfone, accedieron a su petición de recuperar a Eurídice, siempre y cuando cumpliese una condición. Orfeo caminaría delante de ella siempre y no se podría volver ni un mínimo instante para mirarla.

Tras un largo viaje por los tenebrosos rincones del inframundo, cuando creyó estar a salvo en la superficie, Orfeo se volvió a comprobar si su amada Eurídice lo había seguido todo este tiempo. Pero ella aún tenía un pie en la sombra y desapareció delante de sus propios ojos.

 

La constelación de la Lira

La Lira es una constelación de verano. Durante los meses estivales, se puede ver en el centro del cielo, junto con la constelación del Cisne y la del Águila.

Cada una de esas constelaciones tiene una estrella muy brillante. Esas tres estrellas: Vega, en la Lira; Deneb, en el Cisne; y Altair, en el cuello del Águila, forman el llamado triángulo de verano.

Vega es la estrella más brillante de las tres. Y, de hecho, es la más brillante del cielo, después de Sirio, en la constelación del Can Mayor. Muchas niñas hoy en día se llaman como esa estrella.


Las imágenes pertenecen a Stellarium.