Los paleontólogos, los científicos que estudian los fósiles, han descubierto que algunos dinosaurios aún viven hoy en día. Han llegado a esta sorprendente conclusión estudiando los restos emplumados de esqueletos de animales que vivieron hace millones de años en al Tierra.
Las aves son animales que viven hoy en día y que se pueden reconocer porque todas tienen el cuerpo recubierto de plumas, se apoyan sobre dos patas, en sus pies solo hay cuatro dedos y tienen un par de alas y una cola de plumas. Además su cabeza es redondeada y tienen un pico y no dientes. Las aves tienen un esqueleto duro con una columna vertebral y un cráneo, por lo que son vertebrados, como los peces, los reptiles, los anfibios y los mamíferos.
Hace mucho tiempo que los biólogos saben que las aves están muy relacionadas con los reptiles. Además de ser vertebrados, como ellos, tienen el cráneo unido a la columna vertebral de la misma forma, poseen un solo huesecillo en el oído y en ambos grupos la mandíbula está formada por varios huesos. Las aves también coinciden con los reptiles en que ponen huevos y en la forma de eliminar sustancias tóxicas de su cuerpo por medio de la orina.
Los dinosaurios fueron unos reptiles que dominaron el planeta mucho tiempo antes de la aparición de los seres humanos. La gran mayoría de los dinosaurios se extinguió hace 65 millones de años. Sin embargo, los paleontólogos parecen haber descubierto que esos animales que pian en las ventanas de los edificios, que vuelan por encima de nuestras cabezas todo el día y que habitan los parques de las ciudades, cerca del mar o en los bosques serían, en realidad, dinosaurios.
Hay varios tipos de dinosaurios que se distinguen por las diferencias en sus esqueletos, que es lo único que se puede observar en la mayoría de los restos fósiles. Los paleontólogos piensan que las aves, en concreto, pueden pertenecer a un grupo de dinosaurios que se llaman terópodos manirraptores. Por sus fósiles sabemos que son dinosaurios de pequeño tamaño, bípedos, con el par de extremidades posteriores largas adaptadas para correr, brazos y manos muy largos, cola, un cráneo ligero con dientes y, lo más importante, el cuerpo cubierto total o parcialmente de plumas, igual que las aves. Otras características de los terópodos son la forma de un hueso de la muñeca, la unión de las clavículas, que son los huesos de los hombros, o la fusión de algunos huesos de la cadera y la columna.
Los primeros fósiles que ayudaron a entender que las aves son dinosaurios se encontraron en una cantera alemana durante los dos siglos anteriores (XIX y XX). Eran los Archaeopteryx, unas extrañas criaturas de unos 150 millones de años de antigüedad, que parecían reptiles y aves al mismo tiempo. Tenían características de un dinosaurio terópodo, como su pequeño tamaño, un cuello en forma de S y plumas por todo el cuerpo, incluidas la larga cola y las alas. Los Archaeopteryx fueron muy importantes porque ayudaron a comprender por primera vez que las aves compartían muchos rasgos con los dinosaurios terópodos.
A partir de entonces se descubrieron muchos más reptiles muy antiguos, llamados arcosaurios, con características de ave. Resulta que, según muchos expertos, estos pequeños arcosaurios con plumas fueron los antepasados, no solo de las aves modernas, sino de muchos otros grupos de dinosaurios. Sin embargo, los científicos siempre están dispuestos a explicar mejor las cosas estudiando los nuevos descubrimientos. De hecho, algunos paleontólogos no están completamente seguros de que las aves sean dinosaurios, porque se han encontrado fósiles de animales del tipo de las aves que no poseen ninguna característica de dinosaurio. Por eso el origen de las aves aún sigue siendo un enigma, pero la mayoría de expertos piensa que sí que son dinosaurios. La ciencia entenderá este fascinante asunto cada vez mejor.
Ahora ya sabes que, la próxima vez que veas un gorrión en tu calle o una gallina en una granja, en realidad estarás observando dinosaurios de verdad. Dinosaurios con plumas.
Escrito por Rubén Gracia, biólogo.