Precioso modelo del Sistema Solar

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El Sistema Solar

¿Por qué hay ahora planetas enanos y no los había cuando yo estudié?

El nuevo Sistema Solar o el Sistema Solar reformado

El concepto de planeta

La Unión Astronómica Internacional empezó a definir conceptos que hasta entonces no habían necesitado de una mayor atención. Los nuevos telescopios, enormes comparados con los que existían hace 70 años, han permitido la detección de más de 1.000 cuerpos u objetos en la zona de Plutón o relativamente cerca de esa zona y algunos son comparables a él mismo, en masa y tamaño. Por ese motivo, no importa qué rumores o noticias hayas podido escuchar o leer, Plutón sigue sin ser un planeta, ni volverá a serlo. Tampoco creemos que eso sea malo, dicho sea de paso

La definición de planeta de la Unión Astronómica Internacional (UAI)

La UAI es la mayor y más importante organización internacional de astrónomos profesionales. Decide la nomenclatura de los cuerpos celestes y de la superficie de los planetas. Esta organización celebró una importante reunión en Praga en agosto de 2006, donde, por mayoría de sus miembros, se decidió establecer una definición de planeta que siriviera para catalogar a cualquier nuevo cuerpo que pudiera ser encontrado en el Sistema Solar.

Los planetas (vagabundos en griego) habían sido tradicionalmente todos esos astros que se desplazaban entre las estrellas aparentemente fijas. Así se acordó, en la celebre Resolución Quinta, que a la vista de los nuevos descubirmientos científicos que hemos relatado más arriba en este artículo, un planeta del Sistema Solar sería un cuerpo celeste que:

  • Se encontrara en órbita alrededor del Sol
  • Que tuviera masa suficiente como para que, por su propia gravedad, acabara venciendo las fuerzas de cuerpo rígido de modo adoptara, en equilibrio hidrostático, una forma (aproximadamente), redonda.
  • Que hubiera limpiado las inmediaciones de su órbita de todos los cuerpos susceptibles de desplazarse dentro de ella.

En esa misma resolución se establecieron otras dos definiciones referidas a los cuerpos del Sistema Solar. De este modo, planetas enanos serán aquellos cuerpos que:

  • Se encuentren en órbita alrededor del Sol.
  • Que tengan masa suficiente como para que su propia gravedad pueda vencer las fuerzas de cuerpo rígido de modo que adopten, en equilibrio hidrostático, una forma (aproximadamente) redonda.
  • Que no hayan limpiado las inmediaciones de su órbita de todos los cuerpos susceptibles de desplazarse en ella.
  • Y que no sean un satélite.

En esta Resolución Quinta también se establece que los ocho planetas son MercurioVenus, La TierraMarteJúpiterSaturnoUrano y Neptuno. que a todos los demás objetos que orbiten en torno al Sol, excepto los satélites, serán los «cuerpos pequeños del sistema solar». Quedó pendiente el establecimiento de los límites exactos entre la catagoría de planeta enano y todas las demás:

  • Este apartado actualmente agrupa a la mayoría de asteroides del Sistema Solar, la mayoría de los Objetos Trans-Neptunianos, a los cometas y a otros cuerpos pequeños.

Plutón y los plutoides

De acuerdo con la definición de planeta enano, Plutón lo es, y se reconoce como prototipo de una nueva categoría de Objetos Trans-Neptunianos, los llamados plutoides (no plutinos, como erroneamente aparecieron en algunos medios), cuya órbita tiene un semieje mayor que el de la órbita de Neptuno. Actualmente los plutoides son PlutónEris, Makemake y Haumea (este último co-descubierto por científicos españoles).

No basta con ser redondo para ser un planeta

Cambiamos por los nuevos conocimientos científicos.

Plutón, que fue descubierto sobre unas placas fotográfica en 1930 por el astrónomo norteamericano Clyde Tombaugh, decepcionó desde el principio. La comunidad científica esperaba un planeta mayor. Además, la órbita de Plutón corta con la órbita de Neptuno, el planeta más lejano al Sol de todo el Sistema Solar. Las cosas nunca funcionaron bien con Plutón. Además, conforme terminaba el siglo XX y comenzaba el XXI, se habían ido descubriendo nuevos cuerpos de tamaño muy similar al que presentaba Plutón en la misma zona del Sistema Solar en la que este se encuentra. Los nuevos telescopios tenían una potencia inusitada.

Actualmente se sabe que en estos discos protoplanetarios (curioso nombre) el material (polvo) comienza, por mecanismos aún desconocidos, a acrecer, formando pequeños cuerpos, de unos centímetros, denominados planetésimos. Estos planetésimos, en el transcurso de decenas de miles de años, forman, también por acreción, unas rocas de mayor tamaño que reciben el nombre de planetesimales, que podemos identificar sin problemas con los mismísimos asteroides que pueblan nuestro Sistema Solar y que se concentran especialmente en la zona que se extiende entre Marte y Júpiter, en el denominado cinturón de asteroides.

Los planetesimales, que acaban poblando el disco protoplanetario, chocan entre sí, siendo este proceso dominado por los cuerpos mayores, que crecen y crecen a costa de los cuepos de menor tamaño, gracias a su mayor gravedad. Este proceso, en el que se genera una gran cantidad de energía, desemboca en la formación de los planetas, que se funden por el enorme calor producido por los choques de los planetesimales. Los planetas obtienen, además, una forma esférica en este proceso, que viene a durar de orden de los cientos de miles de años.

Además, y desde el tercer tercio del siglo XX, parecía ser que los astrónomos estaban asistiendo a las fases iniciales de formación de planetas en torno a otras estrellas. Destacaba especialmente la estrella Beta Pictoris, en la constelación austral de El Pintor. En torno a esta estrella se descubrió y fotografió una especie de disco, compuesto probablemente de polvo y escombros: un disco que acabará formando planetas, probablemente como los de nuestro propio Sistema Solar.